Bajo ningún concepto quien se considere cristiano puede compartir la oración, alabanza y culto con quien no sea Dios. De hecho el cristiano bíblico esto lo sabe muy bien y en las iglesias protestantes ni se plantea. Los protestantes saben que sólo se debe adorar a Dios en Cristo Jesús, y esto es así no porque los evangélicos o protestantes lo digan sino porque es la voluntad de Dios, Él reclama para sí toda gloria, honra y honor; no hacer eso significa desobedecerlo imponiendo nuestro criterio al suyo. Entonces ¿por qué el catolicismo permite el culto a María y los santos? La pregunta habría que planteársela a la iglesia católica y se oirían voces haciendo referencia a la tradición y al magisterio de la iglesia pero no a la Biblia. La palabra de Dios en ese sentido es clara. Cuando Jesús es tentado por el diablo en un monte alto lo reprende con estas palabras: “Vete, Satanás, porque escrito está: al Señor tu Dios adorarás y a Él sólo servirás”.  Mateo 4:10. Aquí nuestro Señor hace referencia a la Escritura concretamente a Deuteronomio que dice así: “A Yahvé tu Dios temerás, y a Él sólo servirás” Deuteronomio 6:13. El apóstol Juan se postró para adorar al ángel después de haber oído su mensaje en la isla de Patmos  y el mismo ángel le dice: “Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios”. Apocalipsis 22:9.

La Biblia es un todo en torno a Dios y su plan redentor en Jesucristo, su Hijo unigénito, y fuera de Él no hay salvación.  “Mirad a mí y sed salvos todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios y no hay más”. Isaías 45:22. “Todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo”. Romanos 10:13.  “Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo , y en ningún otro hay salvación; porque no hay nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” Hechos 4:11-12. Como se puede apreciar en estos versículos Cristo lo es todo para los cristianos porque no hay nadie en quien podamos ser salvos. Esa salvación en el Hijo es válida igualmente para María, su madre, como ella misma reconoce cuando responde a Elisabet su saludo: “Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador” Lucas 1:46.  También María, como usted y como yo necesita de Jesús como Salvador personal.   El plan redentor de Dios es que todos los que creen en su Hijo, Jesucristo, sean salvos. Dios hace justicia sólo y exclusivamente en Cristo, y Él es quien nos puede justificar ante el Padre. Nadie más.  Nos dice el evangelio que una mujer le dijo a Jesús:  "Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste “ . Era todo un piropo a su madre, pero Él respondió: “Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la guardan”. Lucas 11:27-28. Mi pregunta para usted es: ¿oye la palabra de Dios y la guarda? La madre de Jesús ocupa el lugar que Dios quiere otorgarle. Respecto a los santos, estos son los redimidos por Cristo en su fe, la iglesia a través de los tiempos y la militante. No se le debe dar culto a un pecador redimido por la sangre de Jesucristo. La Biblia lo deja bien claro: “Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén”. Romanos 1:25. Lea los versículos siguientes y conocerá las consecuencias de la desobediencia. Aférrese al magisterio de Cristo. No hay otro.